Julio Andrés Pereyra

Fue asesinado en la Masacre de Margarita Belén a los 26 años y permaneció desaparecido hasta el 2014, cuando fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

 

Fue a la Escuela Primaria Nº 1. Integró los grupos de boys scouts del Obispado. Jugaba al fútbol y al básquet en el Club Vial de Formosa. Participaba de las comparsas de carnaval y tocaba el piano (le gustaba la música clásica).
Hizo la secundaria en la Escuela Normal. Leía mucho y solía discutir con sus profesores cuando no coincidía en alguna cuestión, casi siempre relacionada con la historia o la política.
Tuvo el promedio más alto y fue abanderado de la Normal, donde se recibió de maestro en 1967.
En 1968 viajó a Resistencia a estudiar Ingeniería Civil en la UNNE. Comenzó a militar políticamente primero con el Integralismo y luego con la Juventud Universitaria Peronista. Fue un dirigente universitario muy conocido en Resistencia. Su vida se repartía entre la carrera universitaria, enseñar en una escuela de Lapachito, alfabetizar chicos y adultos en los barrios de Resistencia y en áreas rurales del Chaco y la militancia en la universidad. Permanentemente volvía a Formosa para ver a la familia, a los amigos, y para la campaña electoral, respondiendo a la Juventud Peronista. Durante la campaña del 73 dio un discurso del que se recuerdan estas palabras: “A los compañeros candidatos le hacemos una advertencia: acá está la plataforma, acá está el plan de gobierno. Sepan que FAR, FAP y Montoneros van a pedir cuentas de que este programa se cumpla...”
Cuando el ambiente político empezó a oscurecerse su familia le dijo que se fuera un tiempo a Méjico (allí tenía un tío) hasta que todo se tranquilizara. Él decía que no, que no había hecho nada malo, ni mal a nadie: “No voy a disparar, no tengo por qué”.
El 2 de septiembre de 1976 fue detenido en su casa de Formosa por miembros de Coordinación Federal con el objeto de “hacerle algunas preguntas”; era la noche anterior a su casamiento y Julio se estaba probando el traje azul que iba a vestir ese día. Relatan que tuvo que empujar el automóvil en que iba a ser trasladado porque no arrancaba . Tres días después fue detenido su tío Ramón Luciano Díaz, peronista y director de Administración de la Policía de Formosa (hasta hoy también desaparecido), muy amigo y compañero de largas charlas, cuya detención y desaparición están vinculadas con el Bocha.
Tras su secuestro, el Bocha permaneció detenido en el Regimiento de Infantería de Monte 29, de Formosa. Posteriormente fue trasladado a la Brigada de Investigaciones de Resistencia. Allí lo tenían atado de pies y manos. Luego fue alojado en la Alcaidía.
La información de la muerte de Julio en la Masacre de Margarita Belén proviene de otros compañeros detenidos en la Alcaidía que lo reconocieron, ya que él era un dirigente universitario muy conocido en Resistencia. El 1 de enero de 1977 su familia recibió una comunicación oficial firmada por el jefe del Grupo de Artillería Nº 7 de Resistencia, en la que se informaba que Julio se había fugado durante los sucesos de Margarita Belén.
En noviembre de 2014 los restos de Julio fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Sus restos fueron hallados en el cementerio de Empedrado, Corrientes, donde el Bocha fue enterrado luego de que lugareños encontraran su cuerpo en la orilla del río.