Dora Noriega

Nació en Gral.San Martín, Chaco, el 13 de noviembre de 1952. Probablemente asesinada en la Masacre de Margarita Belén a los 24 años.

Dora concurrió a la Escuela Primaria N° 44 de San Martín. Cuando cursaba 3° grado comenzó a vender pastelitos, flanes y alfajores que preparaba su madre para ayudar a la situación económica humilde de la familia. Para su formación secundaria asistió al Bachillerato “Esteban Echeverría”, también de San Martín, de donde egresó con el título de Bachiller Biológico.
En 1972 fue a vivir a la ciudad de Corrientes con un grupo de amigas de la secundaria, y con algunas de ellas compartió una pensión por un tiempo. Si bien se inscribió en otras carreras, finalmente comenzó a estudiar Bioquímica en la Universidad Nacional del Nordeste. Visitaba a sus padres en General San Martín.
En el año 1974 decidió mudarse a un departamento situado en la zona céntrica de la ciudad de Corrientes.
En esa época, Dora comenzó a militar en la Juventud Universitaria Peronista, y luego en Montoneros.
En ese tiempo debieron abandonar el departamento, que días después fue allanado. Para mediados de dicho año, Dora estaba en pareja con un compañero de militancia, el “Mono” Vargas. En este período, Dora avanzó en su compromiso con la organización, pese a la situación difícil del país.
En septiembre de 1976 volvió a Corrientes, luego de visitar a su madre, y desde entonces no tuvo más contacto con su familia. Una versión indica que por esta época ella estaba recientemente embarazada.
Posiblemente haya vivido en la clandestinidad en distintos lugares durante ese tiempo: Misiones, Resistencia, Córdoba. Desde esta última provincia envió a su madre una postal.
Fue secuestrada por fuerzas pertenecientes al Ejército Argentino entre octubre y noviembre de 1976. Estuvo detenida-desaparecida en dependencias del Regimiento 9 de Infantería “Coronel Pagola” en la ciudad capital de Corrientes. Allí la mantuvieron hasta los primeros días del mes de diciembre de dicho año. En este lugar fue vista por varias personas. Su antigua compañera de departamento, también detenida allí, la vio en el baño de ese lugar; se cruzaron en un momento y Dora le dijo: “Siempre juntas”.
Una detenida en el Regimiento relata en su testimonio judicial que conoció a Dora en el cautiverio. Destaca que a pesar de estar muy golpeada, cuando le preguntó a Dora cómo estaba ella respondió con fuerza que se encontraba bien. Esta compañera de detención cuenta que una noche, entre el 10 y 13 de diciembre de 1976, Dora fue sacada del Regimiento bajo las órdenes del oficial de Inteligencia Horacio Losito para un supuesto traslado. Desde esa noche no se supo más de ella.
El domicilio de sus padres sufrió varios allanamientos por parte del personal de la Gendarmería, incluso después de la desaparición de Dora; en ellos se llevaron todas las fotos y cartas de ella y de su hermano mayor.
Dora y su compañero el “Mono” Vargas permanecen desaparecidos.