Raúl Antonio Mendez

Nació en Santa Lucía, Corrientes, el 12 de enero de 1951. Se encuentra desaparecido desde noviembre de 1976.
Presumiblemente fusilado en la Masacre de Margarita Belén cuando tenía 25 años.

 

Cursó la escuela primaria en el Colegio Normal Nacional Nº 31 de Santa Lucía.
De chico era intelectual, despierto, siempre participaba de los actos en la escuela. Le gustaba mucho jugar al fútbol.
Durante la secundaria siempre se destacó como un líder. Desde ese tiempo se comprometió con las Ligas Agrarias; si bien no participaba en forma directa de ellas, concurría a las marchas y ayudaba redactando y realizando trabajos de impresión en el mimeógrafo.
En la familia todos eran hinchas de Boca, menos él que era de River.
Le gustaba todo tipo de música: escuchaba Sui Generis, Mario Millán Medina, rock nacional, pero prefería el chamamé. Leía obras de Cortázar, clásicos de la historia universal y literatura correntina.
Se graduó como de Maestro Normal Nacional y trabajó en las estancias de la zona, pero no se mantenía en los cargos porque lo rebelaban la injusticia y la explotación de los peones rurales.
Para ayudar a los que más necesitaban decidió estudiar Medicina en la Universidad Nacional del Nordeste en la ciudad de Corrientes.
Para costearse sus estudios aprendió a poner inyecciones y a tomar la presión arterial, ya que no era mucho el dinero que le podían dar sus padres. En ese tiempo aprendió a tocar la guitarra.
Era muy solidario, hasta llegar al punto de regalarle el colchón de su madre a un compañero que no tenía.
Era dueño de un envidiable estado atlético.
Fue detenido entre el 6 y 8 de noviembre de 1976 en la ciudad de Corrientes por fuerzas conjuntas del Ejército y la Policía. Según testimonios aportados a la familia, estaba jugando al fútbol en la canchita de Gendarmería Nacional de dicha ciudad.
El 9 de noviembre de 1976 fue visto muy torturado en la Brigada de Investigaciones de Resistencia; también permaneció detenido en el Regimiento de Infantería 9 de Corrientes y luego fue trasladado a la Alcaidía.
En diciembre de 1976 la familia recibió una llamada por la cual le comunicaron que su hijo había sido muerto en Margarita Belén.