Néstor Carlos Sala

Nació el 22 de noviembre de 1943 en La Plata, Buenos Aires. Fue asesinado en la Masacre de Margarita Belén a los 33 años.

Néstor Carlos Sala (“el Flaco”, como le decían todos) nació en una familia trabajadora de Berazategui, en la provincia de Buenos Aires. Sus padres, Ana María Fabri y Bartolomé Sala, veían con agrado las reformas sociales que el peronismo planteaba y participaron en las movilizaciones del 17 de octubre del 1945. Cuando Néstor tenía quince años murió su madre y los tres hermanos cerraron filas alrededor de su padre para sostener el hogar.
Estudió Arquitectura en La Plata. En 1969 integró la agrupación Peronismo Universitario. En 1974 trabajó en el Área de Arquitectura del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires. Ese año se casó con Mirta Clara, también militante, y en agosto nació su hija Mariana.
En La Plata comenzó la persecución: primero fueron las amenazas de la agrupación de ultraderecha CNU (Concentración Nacional Universitaria). En diciembre del 74 un grupo de civil fue a buscarlo a su trabajo, pero él no se encontraba allí. Con su familia decidieron salir de la ciudad. Luego se sucedieron allanamientos a las casas familiares en Mar del Plata (de donde era Mirta) y en Berazategui.
Deben optar por mudarse a Tucumán o al Chaco, y se deciden finalmente por Resistencia. Alquilaron una casa cerca de Chaco For Ever. Su esposa recuerda que fue una época feliz: el Flaco trabajaba y militaba en los barrios de la zona, arreglaban la casa, cuidaban a la bebé y ella quedó embarazada otra vez. El Flaco comienza a militar en el Partido Peronista Auténtico.
Cuando vivía en La Plata se incorporó a las FAR y tiempo después a Montoneros.
El 9 de octubre de 1975 el Flaco Sala y su esposa fueron detenidos por la patota policial de la Brigada de Investigaciones del Chaco. Allí estuvieron confinados clandestinamente hasta pasar él a la U7 y ella a la Alcaidía. Durante la detención fueron trasladados por separado a Formosa, donde en mayo del 76 nace su hijo varón, Juan Andrés. En un operativo en el que los llevan al Regimiento, el Flaco logra verlo de casualidad, a través de la rejilla del camión celular . Él volvió a la U7; Mirta Clara a la Alcaidía y luego a Devoto.
La despedida del Flaco Sala al salir de la U7 rumbo a la Masacre está presente en el recuerdo de quienes fueron testigos directos ese día. Todos sabían que los sacaban para matarlos. El Flaco Sala rechazó cualquier tentativa de resistir al traslado ya que eso sólo hubiera ocasionado más muertes, y pidió que les contaran a sus hijos y a su compañera cómo había vivido, y por qué había vivido de ese modo: para buscar justicia en el futuro.
De la U7 lo llevan al Regimiento, donde es torturado y le pegan un bayonetazo; de allí a la Alcaidía, donde lo reúnen con el resto de los que iban a ser “trasladados”.
Su cu
erpo fue entregado a su familia.