Luís Ángel Barco

Nació en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, el 15 de septiembre de 1951. Fue asesinado en Margarita Belén cuando tenía 25 años.

 

Nació en el seno de una familia peronista. Su papá era maquinista ferroviario y su mamá era ama de casa. Vivían en el barrio Lamadrid, donde Luis fue a la Escuela Primaria Nº 352 y a la Escuela Industrial de la calle 14, entre 9 y 11.
Era hiperactivo; sus amigos de la infancia y la adolescencia lo recuerdan como un muchacho canchero y encarador, al que le gustaba mucho jugar al fútbol y organizar los asados y las reuniones. Su familia lo apodaba “Negrito” y sus compañeros “Barquito”.
En Resistencia trabajó dos años como mecánico en el ferrocarril.
Vivía en una pensión en la calle Ameghino, a dos cuadras de la estación de trenes. En 1972 se inscribió en la carrera de Ingeniería Electromecánica en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Allí comenzó a militar en la Juventud Universitaria Peronista. Fue presidente del Centro de Estudiantes.
Nunca estuvo clandestino; seguía trabajando y estudiando en Resistencia. El 13 de febrero de 1976 fue detenido en su pensión de la calle Ameghino. Los policías le robaron las pocas cosas que tenía: la heladera, el ventilador y los libros. La familia supo de la detención por casualidad; la madre le había enviado una carta con un maquinista amigo que llegó al lugar en el momento del secuestro.
Durante dos meses nadie supo dónde estaba detenido. El padre de Luis vino desde Sáenz Peña y recorrió comisarías, despachos y ministerios. Finalmente lo encontraron, muy deteriorado por la tortura, en la Alcaidía.
Al poco tiempo lo trasladaron a la U7, donde sus padres no pudieron verlo más. Todos lo recuerdan por su alegría, su fortaleza y su capacidad para dar apoyo y sostén a los demás presos políticos.
Integró el grupo de militantes que fueron sacados de la U7 para ser trasladados primero a la Alcaidía y luego asesinados en la Masacre. El 2 de enero de 1977, veinte días después de la Masacre, su familia recibió una notificación donde se les informaba que debían retirar el cuerpo de Luis del cementerio San Francisco Solano, de la ciudad de Resistencia. Los restos de Luis yacen en el cementerio de Sáenz Peña.