Por las huellas del ñandú...11 y 12 DE OCTUBRE ¿QUÉ CONMEMORAMOS?
 

“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”-
Proclama insurreccional de la junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809
En: Eduardo Galeano. Las Venas Abiertas de América Latina.

Luego de transcurridos más de cinco siglo del inicio de la llegada de los europeos a este continente, lo que ellos llamaron colonización y encuentro de culturas, ya puede ser definido como destrucción y sometimiento, conseguido mediante atropellos, violaciones y torturas, asaltos y saqueos, a muchas generaciones de los originarios dueños de estas tierras.
¿Cuántas generaciones de pueblos, de naciones originarias convivieron con la naturaleza, compartiendo entre sí sus productos y amando hasta la adoración a la Madre Tierra que los alimentaba y los cobijaba?
Es tiempo de revisar lo que sabemos y lo que enseñamos sobre la historia y las distintas visiones o versiones de esa historia. Es tiempo de que los habitantes originarios sean escuchados, no sólo en sus urgentes y justas demandas sociales, sino también en todo lo que se refiera al respeto de su cultura: sus tradiciones, su historia, la expresión de su arte y su cosmovisión.
Creemos que es tiempo de respetar el derecho de los pueblos originarios a registrar sus saberes, a difundirlos, y el derechos de todos a estudiar una historia que incluya y valore su aporte y su cultura. Y por eso, de a poco, pero cada vez más, han empezado a hacerse oír. En palabras de Juan Chico: “hemos comenzado a usar la voz”.
Queremos, entonces, facilitar en todo lo que podamos, la comunicación, el vínculo y el diálogo con las comunidades originarias. Desde el más sincero respeto, hablando con franqueza y con claridad. Lo proponemos desde una mirada latinoamericana y no eurocentrista como nos impusieron durante tantos años. Y lo hacemos reconociendo la validez que, para esta ocasión, tiene la afirmación escrita en una pancarta a propósito de los muchos festejos que hubo cuando se recordaron los 500 años del mal llamado “Descubrimiento de América”, que contrastaban con los pocos espacios de auténtica reflexión acerca de ello. En un lugar muy visible decía: “11 de octubre de 1492, último día de libertad de las naciones originarias de América”. A partir de esa realidad, el 12 de Octubre pasaba a ser no ya el día de los festejos por la llegada de la civilización occidental y cristiana a nuestras tierras, sino y de manera contundente, el inicio de un largo proceso de resistencia cultural y lucha por el derecho a ser diferentes.
Por eso, y porque no queremos seguir “guardando un silencio bastante parecido a la estupidez”, es que instamos a todas las escuelas, y a todos los docentes de nuestro sistema educativo, a dar el lugar que corresponde a esta conmemoración, por verdad, por justicia, como una forma de reconocimiento y reparación históricos, tal vez parcial, incompleta, por eso mismo insuficiente, pero, al menos, indicadora del rumbo de lo que consideramos se debe hacer, con vistas a profundizar contenidos en dirección al rescate de “la otra historia”; aquella que nos hable, no desde una versión absolutamente negativa pero tampoco desde la ingenuidad de la versión que afirma, sin posibilidad de critica alguna, que la civilización llegó a nuestras tierras con españoles.
Queremos asumir la responsabilidad histórica, política y social de proponer el análisis maduro, conjunto, complejo e integral de una realidad que, lejos de diferenciarnos de los pueblos originarios, nos acerca cada día más, porque compartimos derechos y necesidades, reclamos, luchas y una irrenunciable vocación de pelea por nuestra libertad.

EQUIPOS DE TRABAJO DE
DIRECCIÓN DE DOCUMENTACIÓN E INFORMACION EDUCATIVA
MUSEO DEL HOMBRE CHAQUEÑO “Prof. Ertivio Acosta”

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