INTRODUCCIÓN
 

“...Pero un día, del averno emergieron las bestias blancas
el cielo de América se manchó de oscuridad y maledicencia
de los barcos surgieron los demonios pálidos escupiendo fuego y muerte
los días se poblaron de engaños, mentiras, masacres, atropellos y aniquilación...”
Lecko Zamora, pueblo Wichì, América en OctubreChaco, Argentina, 2005-

 

Todos recordamos los actos escolares en torno al 12 de Octubre y la historia que nos contaron, que aprendimos y quizás repetimos, que enaltece la aventura realizada por Colón y sus marineros, y las hazañas de los conquistadores. Esa historia desconoce la otra historia, la visión de los pueblos originarios, y prioriza la mirada europea por sobre la americana, argentina y  chaqueña. Esto se observa también en los diseños curriculares y en los libros de texto de aula.
Si bien el 12 de Octubre ya aparecía en el calendario escolar de la provincia del Chaco, la novedad reside en que deja de ser “Día de la raza” como tradicionalmente se recordaba, para ser este año un día dedicado a la Diversidad Cultural Americana.
El festejo como Día de la raza, proviene de la intención de unificar en una fecha a todos los países de habla hispana de América. En Argentina se instituyó en 1917 entendiendo que el “descubrimiento” de este territorio por los españoles, daba cuenta del reconocimiento de diferentes razas en el mundo.
Sin embargo, para los pueblos originarios, esta fecha es sinónimo de luto, porque a partir de ese primer contacto, comenzó  el avasallamiento de sus derechos y libertades por medio de la conquista realizada por los europeos que pretendieron adueñarse de estas tierras y de las riquezas que aquí encontraron.

“No se puede hablar de descubrimiento, porque este continente ya había sido descubierto por nosotros desde hace más de 40.000 años, cuando poblamos estas tierras. No existíamos para ellos, pero  la vida se desarrollaba aquí, no estábamos perdidos, teníamos una civilización próspera y en muchas cosas más avanzadas que ellos. Se dice encubrimiento porque al invadirnos, masacraron nuestra cultura, destruyeron nuestros templos y mataron nuestro dioses. Tapiaron o encubrieron nuestra civilización. No tenemos nada que agradecerles, ellos fueron los salvajes. Esta fecha sólo nos recuerda la destrucción de nuestra raza, hasta el punto que todavía no hemos logrado recuperarnos” (Santoni, A.1992:9)

Ya en octubre de 1975 la Conferencia Internacional de Pueblos Indígenas pidió se convierta la fecha en cuestión como Día de la Desgracia de América “en repudio a los genocidios y etnocidios sistemáticamente practicados contra los pueblos indios, y que se ponga la bandera a media asta y con un crespón negro, en expresión de duelo...”  (Colombres, 1993:10)

¿Descubrimiento o encubrimiento? ¿Día de festejo o día de duelo?
Varias preguntas  nos llevaron a pensar, diseñar y escribir este material, y esperamos que el mismo los oriente en la búsqueda de respuestas reflexivas, que a la vez puedan generar nuevas propuestas.


 
 
  ACERCA DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA

No podemos desconocer que hay una bisagra en la historia mundial desde fines del siglo XV, cuando comenzó un proceso que muchos denominan la primera globalización. Pero tampoco podemos desconocer que a partir de octubre de 1492 se inició al mayor genocidio ocurrido en nuestro continente, cuando las potencias europeas desembarcaron en las costas de lo que creyeron eran las Indias, y luego se conocerían como Nuevo Mundo, nuevas tierras con el nombre de América.
La Historia es una representación del pasado (Pierre Nora), es una reconstrucción problemática e incompleta de lo ocurrido, y a veces sucede que no reconocemos las otras historias.
“...todo lo arrasaron, lo quemaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de los nuestros, cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muertes, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde como ejemplo de lo que fueron algunas de las más grandes culturas del mundo, se propague y arda en una llama enrome y alumbre por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así, que se sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear la plata y el oro y la tierra. De cómo nos quitaron hasta la lenguas, el idioma...” (Pláticas de los sabios y ancianos Nahuaxl-Huahtlacolli en: Taki Ongoy, Victor Heredia. 1992)

El número de habitantes fue disminuyendo notablemente: morían en la defensa de sus tierras, en las matanzas que habitualmente seguían a la conquista. Morían en el traslado de un lugar a otro, o en la explotación en las minas de oro y plata como las de Copiapó y Potosí, trabajando como mitayos (mita). También fueron contagiados de enfermedades desconocidas en estas tierras y mortales para los originarios, como la viruela o la gripe.
(En Materiales de consulta/bibliografía, ponemos a disposición de aquellos docentes que quieran seguir profundizando sobre estos temas, el texto de Miguel León Portilla “Visión de los vencidos...”, un libro que recopila los relatos de los pueblos originarios de México. También disponibles on-line: http://biblioweb.dgsca.unam.mx/libros/vencidos)

“Los indios fueron condenados por ser indios, o por seguir siéndolo. Los bárbaros que no se dejaban civilizar merecían la esclavitud. ¿Cuántos ardieron en la hoguera, por el delito de creer que toda tierra es sagrada? Adorando la naturaleza, los paganos practicaban la idolatría y ofendían a Dios. ¿Ofendían a Dios, o más bien ofendían al capitalismo naciente? De aquel entonces proviene la identificación con la propiedad privada con la libertad; la libertad de exprimir al mundo como fuente de ganancia y objeto de consumo. De Carlos V a la dictadura electrónica: cinco siglos después, el planeta es tierra arrasada.” (Eduardo Galeano en: Colombres, A. 1996:79)
La invasión o conquista de América fue un proceso que si bien se inició a fines del siglo XV (si tenemos en cuenta los preparativos, financiamiento, proyectos y otros) fue una empresa que llevó más de 200 años completar. Luego de esta fecha los viajes y expediciones al “nuevo” continente se hicieron mucho más frecuentes.
Hernán Cortés y Francisco Pizzarro son los conquistadores que se adueñaron  y saquearon el imperio Azteca e Inca, respectivamente. En una reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea durante 2002, el Cacique Guaicaipuro Cuautémoc dio una conferencia en la que se expresó sobre ¿quién le debe a quién? en materia de deuda externa, fundamentándose en el “préstamo” que hizo América a Europa durante los años de la conquista (ver en Materiales de consulta/ Bibliografía/Escritos y documentos).
América poseía tanto metales preciosos, que eran transportados año a año de América a Europa, como riquezas naturales desconocidas en otras partes del mundo; entre algunas de ellas podemos mencionar: la papa (más de 300 variedades), el cacao, el maíz, la mandioca. (ver Materiales de Consulta/ Bibliografía Recomendada/ Eduardo Galeano: “Las venas abiertas...”)

Los conquistadores que exploraron y colonizaron el territorio que actualmente conocemos como Argentina son varios. Expondremos especialmente aquellos que incursionaron de alguna u otra manera nuestra región.

EN LA REGIÓN
El Chaco, distante del lugar de los primeros arribos de Colón y de las conquistas de Cortés y Pizarro, recién entra en contacto con los europeos hacia fines del 1520.  Para comprender mejor el proceso de ocupación  en nuestra región podemos dividirlo en  tres etapas:

    • la que  abarca los siglo XVI, XVII, XVIII y principios del XIX,
    • la que va desde la revolución de mayo de 1810 hasta 1870,
    • y desde 1870 hasta 1915.
 
 
  Los primeros intentos de dominación (1520-1810)
 

Luego de la llegada de los europeos a esta nuevas tierras (1492) el primer español que incursiona en el Chaco es Alejo García. Este había sobrevivido de la expedición de Solís que naufragó en las costas de Brasil,  y se había anoticiado de la existencia de un cerro de plata.
“García, con algunos animosos compañeros y numerosos indígenas guaraníes, decidieron llegar hasta ese lugar. Partieron desde la isla Santa Catalina (Brasil) en 1521, atravesaron las selvas con muchas penurias, cruzaron los ríos Paraná y Paraguay y penetraron en el Chaco en uno de los viajes más asombrosos de la conquista. Alcanzó los contrafuertes andinos donde obtuvo metales, pero al regresar es muerto, conjuntamente con sus compañeros, por los indios payaguás” (Altamirano y otros, 1987: 27).
Los primeros asentamientos españoles que se dieron  en nuestra región fueron en las cercanías del río Paraná. En el año 1527 se fundó el  Fuerte Sancti Spiritus,  en la desembocadura del río Carcaraña, por una expedición al mando de Sebastián Gaboto, quien continuó con las exploraciones en el Paraná buscando la famosa “sierra del plata”, el camino que conducía a Potosí.  A su regreso, el Fuerte había sido destruido por los pueblos originarios del lugar,  lo que motivó su partida a España. Fue uno de los primeros europeos que navegó por los ríos Paraná, Paraguay, Bermejo y Pilcomayo, y visualizó el actual Chaco.
En el año 1536 llega el primer Adelantado al Río de la Plata, Pedro de Mendoza, quién fundó Santa María del Buen Ayre, y envía al Capitán Ayolas a explorar el río Paraná en busca de alimentos. Éste funda Corpus Christi, y luego junto a Mendoza funda el puerto Buena Esperanza.
En ese mismo año, Juan Ayolas navegó el Río Paraguay, y en 1538 fundó Puerto la Candelaria “...luego entró tierra adentro, en el Gran Chaco, en busca de la Gran Noticia del oro y de la plata. Dicen que llegó a una tierra de gran riqueza...” (Silva, M.1997:33). Murió al regresar de la expedición, entonces quedaron a cargo Juan de Salazar de Espinoza y Domingo de Irala, quienes habían sido ya designados por Mendoza, en caso de que no regresara. Ellos, en el año 1537 remontaron el cauce del Paraná y fundaron la Ciudad de Asunción.
En el año 1541, El Gobernador de Asunción mandó a despoblar Buenos Aires. Se reorganizaron las expediciones en la región para conquistar el territorio que actualmente es Argentina, incursionando desde tres direcciones distintas conocidas con el nombre de corrientes colonizadores: la corriente de Asunción, la corriente del Alto Perú y la corriente de Chile. El objetivo no era sólo conquistar, sino también comenzar a ocupar el territorio fundando ciudades que permitieran asegurar las comunicaciones de todo el territorio invadido/conquistado.
La corriente de Asunción -ciudad conocida como “madre de ciudades”- se organiza desde la ciudad de ese nombre; de ella parten nuevos conquistadores para “recuperar” territorios.
Dos expediciones nos ocupan:

  1. una que desciende por el Paraná al mando de Juan de Garay, quién fundó Santa Fe de la Vera Cruz en el año 1573 y, por segunda vez, Santa María de los Buenos Aires, en el año 1580.
  2. otra expedición a cargo de Alonso Vera y Aragón, quien luego de cruzar el río Bermejo, fundó el 14 de abril de 1585 Concepción o Concepción de Nuestra Señora del Bermejo o Concepción el Bermejo, por estar asentada a orillas de ese río. (ver Materiales de consulta/Recursos para el aula/ Mapas e Imágenes)

Esta última, es la que corresponde a los primeros intentos de poblamiento en el territorio chaqueño:
“La fundación de Concepción del Bermejo en pleno Chaco, originó de inmediato un pleito jurisdiccional entre las autoridades de la Gobernación del Tucumán y de Asunción. Un año antes, los conquistadores del Tucumán se habían adelantado a ocupar el interior del territorio y fundaron las encomiendas de Matará y Guácara al sur del Bermejo. Estas encomiendas, las primeras poblaciones hispánicas en nuestra región, dependían de la ciudad de Talavera de Esteco pues los aborígenes encomendados pertenecían a vecinos de esa ciudad” (Altamirano y otros, 1987: 36)

Concepción del Bermejo se constituyó en la primera ciudad del Chaco (este sitio fue declarado Lugar Histórico Nacional en el año 1943). La ciudad termina siendo abandonada entre los años 1631 y 1632. “La caída se produjo, al parecer, como resultado de una equivocada política con los indios comarcanos, a la que se agregó la imposibilidad de sobrevivir al aislamiento, cuando la crisis de la provincia se hizo sentir con mayor gravedad…” (Morresi en Silva, M. 1997:78). Los pueblos originarios pertenecían a distintas parcialidades de las familias  Guaycurú y Mataco-mataguaya, y otras. Al parecer esta diversidad étnica produjo serios conflictos y tensiones entre ellos. Los aborígenes no reducidos que habitaban la comarca ascendían a unos 20.000 según los cálculos del propio fundador. Los pobladores abandonaron la ciudad rumbo a Corrientes que había sido fundada también por  Alonso Vera y Aragón en el año 1588.
“El Siglo XVII terminó así, con un Chaco Gualamba bajo el total dominio de las tribus guerreras tobas, mocovíes y abipones, entre otras, y la impotencia de las autoridades españolas por lograr su conquista y establecer la ansiada comunicación entre el Este y el Oeste a través de la boscosa región chaqueña. Entre los factores que contribuyeron a este resultado fue el ya mencionado dominio del caballo por las tribus chaquenses, hecho que les permitió colocarse en un pie de igualdad ante los tercios españoles y, sumado a ello, su superioridad numérica y su conocimiento del monte que les servía de seguro refugio. Pero también influyó, y mucho, el maltrato que los indios sufrían en las encomiendas y la práctica de sacarlos del medio natural para reducirlos cerca de las poblaciones hispánicas, donde ni el clima ni el medio natural les eran favorables, lo que produjo en ellos mortandad o, en el mejor de los casos, la fuga hacia sus lugares de origen. Tampoco las autoridades de las distintas jurisdicciones acertaron a coordinar entre ellas una estrategia válida para asegurar el éxito de las empresas conquistadoras y atraerse a los principales caciques chaqueños sin alterar sustancialmente sus patrones culturales”.(Altamirano. 1988:48)
Entre los años 1749 y 1750 nuevamente se intentó colonizar la región por medio de la obra misional, estableciendo reducciones. Es así como los Jesuitas fundan la Reducción Purísima Concepción sobre el Río Salado y la Reducción San Fernando del Río Negro (también conocida como San Francisco Regis) frente a la ciudad de Corrientes (en la actualidad Resistencia) “San Fernando del Río Negro significó paz para la ciudad de Corrientes y para los viajeros que realizaban el camino hacia Santa Fe, con carretas. Pero ello no evitó que la reducción sobrellevase una existencia azarosa y llena de obstáculos.” (Czombos,J. 2004) Esta y todas las reducciones y misiones terminan siendo abandonadas por los Jesuitas en el año 1767 cuando son expulsados de América. (Ver Materiales de consulta/ Recursos para el aula/ mapa)
El gobernador de Tucumán, Jerónimo Matorras, tenía proyectado un plan para conquistar el Chaco valiéndose de la implementación de reducciones para los pueblos originarios y lograr así establecer una sólida comunicación entre Tucumán, Corrientes y Asunción. La expedición de Matorras se concretó en 1774, acompañado por un grupo importante de soldados, sacerdotes e  indígenas mansos o amigos,  como el cacique Colompotop, que se desempeñó como intérprete y mediador. El 29 de junio de 1774, Matorras acompañado de sus oficiales, y los caciques mocovíes: Paykín, Lachirikía y Quetaydí y los tobas: Miykirí y Quetaydí firman un tratado de paz; así se reconoce al cacique Paykín, en nombre del rey de España, Primer Caporal del Gran Chaco Gualamba. Este tratado de paz se constituye en un hecho que posibilitará la posterior conquista del Gran Chaco. “Matorras mandó grabar en un árbol la inscripción: "Año 1774 – Paces entre el Señor Don Jerónimo Matorras, Gobernador del Tucumán, y Paykín" (Altamirano y Otros, 1987: 63-65). Pero el tratado no se cumple en todos sus puntos ya que Matorras muere en 1775 y Paykín un año después.
Francisco Gabino -quien fuera segundo jefe en la expedición de Matorras- emprendió en 1780, una nueva expedición al Chaco, y fundó las reducciones acordadas en el pacto: Nuestra Señora de los Dolores y Santiago de La Cangayé, en el mismos sitio en donde se firmara la paz en 1774 con el pueblo moqoít, y otra, ubicada quince leguas al Noreste, integrada por tobas, llamada San Bernardo de Vértiz. Estas dos reducciones subsisten unos doce años debido a la dedicación del Padre Lorenzo Suárez de Cantillana, quien se vio obligado a dejar el lugar en 1791, por órdenes de sus superiores, para acceder a otro cargo. Los nuevos responsables de las reducciones decidieron su traslado a las costas del Río Paraguay, frentea Curupaití.
Si bien se originaron varios proyectos oficiales -o desde el virreinato- y particulares para concretar la colonización en el Chaco, ninguno de ellos llegó a concretarse.

 
 
  La ocupación del espacio (1810-1870)
 

La Revolución de Mayo abrió para el territorio del Río de la Plata una etapa de profundas agitaciones y cambios políticos. Las juntas de gobierno priorizan la defensa del territorio y lucha por la independencia de la corona española, por lo que las reducciones y fortines que se encontraba en las fronteras próximas al Gran Chaco son prácticamente abandonados, lo que lleva a prolongar así la “Conquista del Chaco”, posibilitando que el territorio continúe en manos de los pueblos originarios.  (Ver Materiales de Consulta/ Recursos para el aula/ mapas)
Los indígenas de la región participaron de la lucha por la independencia formando escuadrones especiales junto a Belgrano y Artigas. En relación a esta participación Manuel Belgrano decía:
“Debemos tratar de inspirar sentimientos patrióticos, no solo a los que somos oriundos de españoles, sino con mucha particularidad a los naturales del suelo americano, y, para atraerlos y reunirlos a nosotros, inspirarles el servicio de las armas...” (Silva M, 1997: 156)
La Asamblea del Año XIII, o Asamblea General Constituyente, declara a los indígenas de todas las Provincias Unidas como Hombre libres en igualdad de derechos a todos los demás ciudadanos.
La Constitución de 1819 reconoce  en el capítulo destinado a derechos particulares que:
            “Artículo 128 -Siendo los indios iguales en dignidad y en derechos a los demás ciudadanos, gozarán de las mismas preeminencias y serán regidos por las mismas leyes. Queda extinguida toda tasa o servicio personal bajo cualquier pretexto o denominación que sea. El Cuerpo Legislativo promoverá eficazmente el bien de los naturales por medio de leyes que mejoren su condición hasta ponerlos al nivel de las demás clases del Estado.”(Constitución de las Provincias Unidas en Sud-América del año 1819)
Esta Constitución de carácter unitario no fue aceptada por las provincias del interior, y acentuó las diferencias entre provincias unitarias y federales que lleva a la des-unión de las mismas a partir de 1820.  Las provincias lindantes del territorio  del Gran Chaco llevaron adelante medidas que creyeron acertadas para su seguridad, sin coordinación entre ellas; aplicaron acciones defensivas cuando los pueblos originarios se acercaban a poblaciones criollas y acciones ofensivas a modo de escarmiento. Algunos gobernadores firmaron tratados de paz para favorecer la explotación y la instalación de poblaciones en las riberas del Chaco. Por ejemplo en 1822 se firmó un tratado de paz entre el gobernador de Corrientes Pedro Ferrer y Caciques Qom y Vilelas.

“En el período independiente (1810-1852) la región del Chaco como región bajo dominio indígena no varió sustancialmente pero las acciones efectuadas por diversos gobernadores lindantes con ese territorio, produjeron algunos resultados en cuanto a la estabilización de la línea fronteriza y la paz con algunas tribus próximas a dicha línea. Si bien Rosas había llevado a cabo con éxito la campaña del desierto en la frontera sur del país en 1833, la que permitió pacificar a las tribus de la región pampeana e incorporar miles de leguas al dominio efectivo de las autoridades argentinas, ninguna acción similar se realizó en el Chaco hasta la segunda mitad del siglo XIX” (Altamirano y Otros. 1988:104)
La Constitución de 1853, acordada por las provincias, establece en  su Art. 67, inc. 14 “proveer a la seguridad de las fronteras, conservar el trato pacífico con los indios y promover la conversión de ellos al catolicismo". Ya no los consideraban hombres libres como en la Asamblea del año XIII y establece continuar con los tratados de paz y las misiones religiosas para su conversión.
En cuanto al territorio, el Presidente de la Confederación Argentina Justo José de Urquiza designó al General Antonio Taboada como comandante de la línea de frontera sobre el Río Salado y fijó una nueva línea de frontera en San Javier, a orillas del Paraná, para comenzar la incorporación de esta región.
En el año 1862, la Nación declara por Ley Nº 28 su jurisdicción sobre los territorios fuera de los límites de las provincias. El Estado Nacional comienza a interesarse por las riquezas naturales de la zona de la Patagonia y del Gran Chaco, lo que demuestra las intenciones de hacer efectivo el dominio de estas tierras.
En 1865 Fray Antonio Rossi -sacerdote franciscano- funda una reducción de Vilelas denominada San Buenaventura del Monte Alto. Esta misión es una acción llevada adelante por pedido del Gobernador de Corrientes para apaciguar las costas del Paraná -con fines de explotación y comercio- y establecer a partir de esta, un camino entre Corrientes y la Provincia de Salta. Éste  ve frustrado su proyecto cuando se desata la Guerra de la Triple Alianza, que obliga a los misioneros a abandonar el paraje.
El conflicto iniciado en 1865 contra Paraguay, fue uno de los acontecimientos más tristes de la historia latinoamericana, ya que tres pueblos hermanos (Argentina, Uruguay y Brasil) se enfrentan con otro por problemas de limites territoriales, influidos por el Imperio Inglés, quien tenía intereses económicos en la región. Después de cinco años de largos combates, el Paraguay es derrotado. Esta guerra  obligó a que el Estado Nacional pusiera mayor atención en nuestra región.

 
 
 

Consolidación y Dominio (1870-1915)

 
 

Hacía 1869 la población de la Argentina, ascendía a 1.800.000 habitantes, sin contar con datos estadísticos de los territorios del Chaco y de la Patagonia, porque no se tenía acceso a ellos y a ambos se los catalogaba como “desierto” aunque estuvieran ocupados por pueblos originarios. La incorporación de la Patagonia como territorio del Estado Nacional fue la primera, mediante  violentas expediciones al mando de Julio Argentino Roca.
En el caso del Chaco, territorio que fue llamado “el Impenetrable” -en referencia a la densidad de la vegetación de su monte- también era conocido como el "desierto del norte", o “desierto verde”.
“....el punto de partida era asumir la existencia de un área no civilizada, pero que no estaba vacía. Resultaba necesario, pues, vaciarla: para ello, se instaló una imagen territorial -el desierto- que recordaba un vacío (de la civilización) y ello habilitaba, retóricamente, otras acciones en nombre de las cuales se sometió y aniquiló a una gran cantidad de minorías étnicas. Es decir, se vació al Chaco material y simbólicamente.”(LOIS, C. 1999)

López Piacentini afirma que esta segunda Conquista del Desierto:
“...tiene sus prolegómenos en sucesivas entradas militares desde la década de 1860 que tuvieron al Chaco por escenario, y su desenlace y culminación con la famosa Expedición de Victorica, punto en el que convergen todos los esfuerzos anteriores.”(López Piacentini,C. 1970:89)
En 1870 comienzan nuevos intentos de ocupación, ya más coordinados, buscando el camino de Oeste a Este que pudiera unir Salta con Corrientes. De estas expediciones estuvo a cargo Napoleón Uriburu, y presentaron problemas entre las autoridades nacionales y las locales por motivos presupuestarios. En ese mismo año el Presidente Domingo F. Sarmiento, designa al Teniente Manuel Obligado como Comandante en Jefe de la Frontera Norte.
En 1872 por Ley 576 se efectiviza el primer gobierno del Territorio del Chaco, cuya capital fue Villa Occidental, frente a Asunción, en la rivera del Río Paraguay, designándose gobernador al General Julio Vedia. Esto generó un problema limítrofe con el país vecino, que se resolvió 1879 por un arbitraje internacional a favor del Paraguay (perdiendo así el territorio chaqueño la región que se encontraba al norte del Río Pilcomayo). La capital temporalmente fue trasladada a la Isla del Cerrito y luego a Formosa.  En 1874 se crea la Jefatura Política del Chaco.
En 1878 llegan  inmigrantes italianos al antiguo puerto de la reducción San Fernando, dando origen a lo que hoy es la ciudad de Resistencia, favorecidos por la Ley de Inmigración y Colonización del Presidente Avellaneda. Su ministro de Guerra Julio A. Roca proyecta conquistar la patagonia, pero no ya como lo había intentado su predecesor Alsina, sino proponiendo una guerra ofensiva y de aniquilamiento y desplazamiento de los pueblos originarios del mal llamado “desierto”. Proyecto que se concretó en las campañas militares de los años 1878-1879.
Julio Argentino Roca llega a la presidencia de la nación en 1880 imponiendo el lema paz y administración. En la etapa de “pacificación” se produjo la instalación categórica del Estado nacional en la región, recurriendo a la proletarización de pobladores originarios utilizando el sistema de reducciones y misiones religiosas.
Las expediciones del Mayor Fontana, del Coronel Bosch y del Comandante Sola (1880- 1881), al parecer fueron de carácter exploratorio para reconocer terrenos, levantar planos, recolectar y recopilar datos. Si bien se fundaron fortines, estas no tenían por objeto la ocupación efectiva y permanente. 
Las expediciones realizadas por el Ministro de Guerra el General Benjamín Victorica en el año 1884, sí son consideradas un avance sistemático sobre el territorio para establecer colonias. Utilizó una estrategia de pinzas o centrípeta que convergió en La Cangayé, centro de resistencia indígena. (Ver Materiales de Consulta/ Recursos para el Aula/ Mapas) 
Las fuerzas militares que acompañaron las expediciones estuvieron conformadas por indígenas mansos o sometidos.  Esto era una práctica que se realizaba desde la época virreinal, e inclusive, entre las tropas del Coronel Obligado, se aprecia la participación del aborigen en lucha contra las “tribus” de las que ellos provienen. (Barreto E, 2004: 13)
Las diversas campañas de “conquista” posibilitaron ampliar la posesión de las tierras, e incorporarlas al sistema productivo. Por Ley nacional N° 1.532 de 1884, llamada de Organización de los Territorios Nacionales, El Gran Chaco quedó dividido en dos gobernaciones: la de Formosa y la del Chaco.  En el Territorio Nacional del Chaco, fue designado como Gobernador el Coronel Manuel Obligado.
Las últimas expediciones militares sobre el Chaco las realizó el Coronel Roque Rostagno (Jefe de las fuerzas de Operaciones) entre 1911 y 1912. Con esta acción se dejó consolidada la ocupación del lugar, dejando fundadas poblaciones como Presidencia Roque Sáenz Peña en 1912 y estableciendo una línea de fortines del Bermejo.
“En el año y medio que duró la campaña, efectuada entre 1911 y 1912, se recorrieron 3.200 leguas cuadradas, abriéndose 600 km de picadas. La expedición transcurrió sin que sufriera una sola baja, tampoco fue necesario disparar un solo tiro. A pesar de ello, fueron sometidos alrededor de 8.000 indios en la región comprendida entre el Pilcomayo, el Salado, el Teuco y el Bermejo.”(López Piacentini,C. 1970:174 -TII)
La explotación forestal y el desarrollo del ferrocarril favorecieron la expansión de la Frontera hacia el Oeste. Si bien la empresa La Forestal dedicada a la explotación del quebracho comenzó a funcionar en 1906, ya en la década del 80 comenzó con la compra de tierras, llegando a concentrar cerca de miles de hectáreas.
“La llegada del ferrocarril  a la Sabana, en 1892, completó la estrategia de penetración desde Santa Fe (...). Las menores posibilidades tánicas del quebracho colorado santiagueño, determinaron la elaboración de planes financieros que pusieron el centro de actividad en el obraje para la fabricación de durmientes, vigas y postes. Esta producción produjo una necesidad inmensa de mano de obra.”(Barreto E, 2002: 4)
La conquista y población del centro-oeste del Chaco se dio a partir de la instalación de líneas de ferrocarril financiadas con presupuesto nacional.  Hacia 1914 se terminan de unir las poblaciones de Pinedo, Avia Terai, Roque Sáenz Peña Villa Ángela con Resistencia.
Hacia 1915 el gobierno nacional concluyó las expediciones militares al considerar que todos los pueblos originarios de la región habían sido sometidos y que la “paz” se había instaurado definitivamente.

“....el Poder Ejecutivo Nacional decreta en 1915, una nueva división territorial, elevando a ocho los departamentos y modificando sustancialmente su trazado al incorporar a la región ocupada recientemente”. (Altamirano y Otros, 1987; 189) 

 
volver arriba
 
  LA RESISTENCIA INDÍGENA  
 

“Lo que ocurrió en estos trescientos años no fue una lucha de buenos contra malos, como tradicionalmente se enseñó en la escuela pública argentina. Por buenos se identificaba la civilización, habitantes de la ciudad; la barbarie estaba representada en ese momento por los malones. Luego fueron los gauchos.”(Barreto E, 2006: 6)

La implementación del dominio colonial fue largamente resistida: durante trescientos años, los pueblos originarios del Gran Chaco resistieron la penetración del hombre blanco en sus dominios.
Un claro ejemplo fue el alzamiento de pueblos en las reducciones, ocurrido en la antigua provincia del Tucumán en 1781, en relación con los acontecimientos vividos en el Bajo Perú entre los años 1780-81, conocidos como alzamiento de Tupac Amarú. Así también, en la reducción de San Ignacio de Qom, cerca de la ciudad de Jujuy, los indígenas cansados de los maltratos y el pago de impuestos se alzaron en armas contra el fuerte del Río Negro. Este movimiento contó con el apoyo de poblaciones Wichi del norte del Chaco. La rebelión fue sofocada con la ayuda de fuerzas militares provenientes de provincias vecinas. “La mayoría de los indígenas fueron capturados, ejecutados y sus cabezas expuestas en fuertes y ciudades.

“...Los matacos capturados fueron ejecutados en su totalidad sin perdonar a las mujeres ni a los niños, y sus cuerpos colgados de los árboles junto a los caminos ‘para terror y escarmiento de los demás´ según lo manifestó el propio gobernador al Virrey. Del resto de los apresados, los que no fueron ejecutados fueron marcados a fuego en el rostro con la ´R´ de la rebeldía y condenados a trabajos forzados.” (Altamirano y Otros, 1988: 80)

No obstante este cruel y “salvaje” castigo por parte de los “civilizados”, la sublevación de pueblos qom continuó por meses ¿cómo y porqué pudieron resistir? Al respecto el mismo autor comenta:

“...Las características de la guerra que los aborígenes del Chaco emplearon contra el conquistador fue un factor de peso, que la explicación histórica no puede soslayar. Más aún si tenemos en cuenta que las transformaciones experimentadas por los indígenas en el proceso de transculturación: la adopción del caballo, acentuación de su nomadismo y el surgimiento del caudillismo indígena, otorgaron a éstos un poder ofensivo y de movilidad que las autoridades hispánicas no pudieron contrarrestar.
Lo que debe tenerse en cuenta cuando se evalúa el fracaso de la conquista en el Chaco, es lo relativo al enfrentamiento de dos concepciones diferentes de hacer la guerra. El español no pudo desprenderse de la tradición europea del arte de combatir, basado en la organización de cuerpos regulares o milicias regladas, confiando en la superioridad de las armas de fuego. El aborigen, en cambio, impuso un modo de combatir propio y desconocido por los españoles, adaptado al terreno y plagado de tretas y artimañas que los naturales habían cultivado por siglos en sus luchas inter tribales. Esto, unido a su amor por su libertad y el apego a sus tierras, de donde extraían todo lo necesario para vivir, los hizo imbatibles para la lucha hasta fines de la dominación hispánica.” (Altamirano, 1993: 14)

La resistencia continuó en tiempos de la revolución, durante todo el siglo XIX y también parte del siglo XX. La búsqueda de la dominación no fue solo por la ocupación y posesión de las tierras, sino por la explotación de la mano de obra indígena para los distintas actividades productivas: la madera, la caña de azúcar, el algodón. Un ejemplo de esto fueron las masacres ocurridas en 1924 en Napalpí (actual Colonia Aborigen) y en 1933 en el Zapallar (hoy General San Martín), y hay versiones de que existieron varias más, aún poco relevadas y estudiadas.

Durante todo el período surgieron líderes de esa resistencia; son pocas las fuentes para contar sobre ellos. El cuadro siguiente presenta referentes de nuestra región, la mayoría de los datos son citados por Magrassi en “Los Aborígenes de la Argentina”, a los que se incorpora información de otras fuentes:

Gran Chaco

Año

Acciones de resistencia

Paykin (Mocoví)

 

 

1774

 

Defendieron la tierra y la libertad con las armas y la diplomacia. Tratado de Paz en La Cangayé, en nombre de 7.000 indígenas libres.

“reconociendo nuestra soberanía en el Chaco”.

Lachiriquín (Mocoví)

Coglokoikin (Mocoví)

Alogokoikin (Mocoví)

Quiaagari (Mocoví)

Quiyquiurí (Toba)

Quitaidí (Toba)

Leoncito (Vilela)

1870

Custodiaba la Misión de S. Buenaventura del Monte Alto (hoy Resistencia)

Salarnek-Alón (Toba)

1883

Combate de Napalpí, 5/5/83

Cambá (Toba) 7 de Diciembre

1884

Muerto en Combate

Meguesoxochi (25 de Enero )

1885

El 7 de noviembre de 1884, se firma el acta de rendición del gran jefe en el Noroeste Chaqueño y el Teniente Coronel Uriburu. El acuerdo significaba que con su entrega iban a respetar su vida y la de la comunidad.
Se entregó al Gral Victorica. La últimas noticias de Meguesoxochi son el 25 de enero de 1885 cuando es trasladado desde Presidencia Roca con rumbo a Buenos Aires. Algunos sostienen que lo llevaron encadenado y atado con tiras de cuero. Se desconoce su destino final.

Covaiqué

Sin Fecha

Sin datos

Nela-Lagadik

Sin Fecha

Sin datos

Matolí (Toba)

1911

Se dice que atacó el fortín Brown (Chaco)

Cacique Taygoyic (Toba)

1915

Defiende las tierras de Pampa del Indio

Garcete (Pilagá)

1917

Lo acusaron de atacar el fortín Yunká (Fsa.)

Moreno (Toba)

1920

Jefe prestigioso en Las Palmas (Chaco)

Pedro Maidana  (Qom)
Dionisio Gómez (Qom)
José Machado (Qom)
Mercedes Dominga (Moqoit)

1924

Protesta en Napalpi (qom y moqoit). Culmina con la represión y masacre de más de 300 indígenas asentados en la reducción.

 

Recientemente fue publicado un libro de Orlando Sánchez, con relatos sobre ”Historia de los aborígenes del Gran Chaco, contado por sus ancianos”, en el que presenta varios testimonios que refieren a la resistencia indígena y a sus líderes. Seleccionamos uno, en el cual relata la lucha de Meguesoxoxhi:

El testimonio del abuelo Petoxoi, Pablo Yorqui:
“Meguesoxochi dirigió a su gente para interceptar a los que exploraban el territorio en el lugar llamado hoy la charata, que también fue su lugar de origen; y fue en ese lugar donde se generó una batalla frontal, pues lo que ellos hacían era para no permitir que los soldados pisen este lugar del territorio.... Así empezaron las luchas y muchos de ellos fueron muertos... los lugares de choques frontales están totalmente identificados hasta el presente y tienen sus nombres regionales (...) demostró superioridad en la lucha frontal con los soldados;...en el fragor de las luchas no le hacían impacto las balas de los fusiles, y tampoco su caballo fue herido...,dejando solo en el medio al comandante o superior para combatir con él personalmente hasta quitarle sus armas, y luego con los arcos castigaba a su oponente; y fue en ese lugar del Guaycurú (Fortín Lavalle) donde fue matado el jefe militar, que era un general”. (Sánchez, O. 2008: 105)

La resistencia asumió otras formas, ante las fuertes represiones que devastaron a las comunidades: se canalizó en la transmisión cultural, en la transmisión de la propia historia, en evadir la desvalorización desde las instituciones como la escuela, el registro civil, la policía, los espacios de trabajo, los medios de comunicación, las iglesias y la política.  

“La historia que empezó a contarse en voz baja y al oído de los niños, era una historia distinta. Eran más bien, muchos relatos de familias fugitivas por pantanos y bosques; de madres que ocultaban a sus pequeños en los nidos de teros y chajás vigilantes y volvían a buscarlos por la noche; de zorzales y calandrias que cantan para animar a los cansados; de tucanes que señalaban el rumbo; de garzas amigas y patos compasivos que distraían a los soldados perseguidores; de las palomas con mensajes de esperanzas...
Había también relatos de acciones heroicas: de flecheros que enfrentaban al enemigo, mientras cubrían la retirada de su gente; de caciques que atacaban a las fuerzas contrarias y las debilitaban; de héroes que no se vendieron a los sobornos del gobierno y lucharon hasta el final: Juanelari, Yaloshi, Cambá, Meguesoxochi....” (Silva M, 1997: 187)

Esta voz baja comienza a hacerse escuchar con más fuerza en los últimos 20 años. Luego de un largo silencio producto de esa feroz conquista, hoy los pueblos originarios toman cada vez más la palabra y empiezan a salir del anonimato al que fueron confinados. 

Hoy las formas de dominación son otras. Se siguen  inventando armas que no solo destruyen a los pueblos indígenas, sino también a la naturaleza y a la humanidad toda. Para los pueblos originarios, las leyes creadas por esta sociedad continúan siendo muy distintas a las leyes que regían y rigen actualmente en la comunidad, al igual que las formas que se exigen de representación política y organización jurídica. Esto debe terminar y es responsabilidad no solo de los pueblos originarios sino también de la sociedad toda. Ya que la situación que hoy viven los indígenas no es un problema solo de ellos, sino de toda la sociedad tanto de los chaqueños como también de todos los argentinos.

 

Bibliografía
ALTAMIRANO, M y Otros.  Historia del Chaco.  Ed. Dione. Resistencia. 1988
ALTAMIRANO, Marcos.  La guerra indigena en el Gran Chaco. En:Cuadernos de Historia Regional Nº 1. Resistencia, Chaco. 1993.
ARGUMEDO, Alcira. Los silencios y las voces de América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular. Ediciones del Pensamiento Nacional. Buenos Aires. 1993.
BETHEL, Leslie. (Ed). Historia de América Latina. T.1  Editorial Crítica. Barcelona. 1990
COLOMBRES, Adolfo (Comp.) América Latina: el desafio del tercer milenio   Ediciones del Sol. Buenos Aires. 1993.
COLOMBRES, Adolfo (Comp.) América como civilización emergente. Editorial Sudamericana.Buenos Aires. 2004
CORDEU, E y SIFREDI, A: Del algarrobo al algodón – Juárez Editor SA.,1971-
CZOMBOS, Néstor Mario Javier. La música de todos. Informe de Aspectos Culturales  INFORME –CHACO-. 2004
HEREDIA, Victor Taki Ongoy, (Album músical),1986.
INCUPO.  Argentina Indígena.  Reconquista. 1992
LOPEZ PIACENTINI, Carlos.  Historia de la Provincia del Chaco. Ed. Región. Resistencia. 1979.
MAGRASSI, Guillermo. Los aborígenes de la Argentina.Búsqueda, Bs. As., 2000.
KUSCH, Rodolfo. América Profunda. Bonum. Buenos Aires. 1975
PLA, Alberto.  La otra cara de la conquista.  Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. 1972.
SANTONI, Alfonso.  1492-1992, 500 años de colonización ¿Qué celebran ellos?.  Acción Ecuménica. Caracas, 1992.
SANCHEZ, Orlando. Historia de los aborígenes qom (tobas) del Gran Chaco, contada por sus ancianos. MECCyT. Educación Intercultural bilingüe y Centro de  Documentación e información Educativa. Resistencia. 2008
TODOROV, Tzvetan. La conquista de América. Siglo XXI. México. 1987
ZEA, Leopoldo. América Latina en sus ideas. Siglo XXI. México. 1986.

 

Artículos

BARRETO, E. Más allá de las Tolderías. Las tribus que colaboraron con los conquistadores. En: Norte Chaqueña, 7/03/2004. Pág. 13
BARRETO, E. La conquista del Chaco Chico. En: Norte Chaqueña, 13/10/2002.
BARRETO, E. La Resistencia índígena chaquense. Norte Chqueña, 12/11/2006.
LOIS, Carla M.La invención del desierto chaqueño. Una aproximación a las formas de apropiación simbólica de los territorios del chaco en los tiempos de formación y consolidación del estado nación argentino. En: Scripa Nova Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Disponible en www.ub.es/geocrit/sn-38.htm
WRIGHT Pablo G.Colonización del espacio, la palabra y el cuerpo en el Chaco argentino En: Horizontes Antropológicos. vol.9 no.19 Porto Alegre July 2003. disponible on line: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-71832003000100006
Musante Marcelo. El discurso como herramienta de un proceso social genocida.
Construcciones sobre las campañas al Chaco y la matanza de Napalpí. Julio de 2007
Delrio Walter, Lenton Diana, y Otros. Reflexiones sobre la dinámica genocida en la relación Estado Argentino-Pueblos Originarios. SEGUNDO ENCUENTRO INTERNACIONAL. Análisis de las prácticas sociales genocidas. De Europa a América Latina y más allá: la continuidad de las prácticas sociales genocidas Universidad Nacional de Tres de Febrero. 20 al 22 de noviembre de 2007.
Nagy, Mariano. Estado Nación y Conquista del desierto: Perspectiva desde los Programas oficiales de estudio, los textos escolares y las representaciones cartográficas. En: XI° JORNADAS INTERESCUELAS/ DEPARTAMENTOS DE HISTORIA Tucumán, 19 al 22 de Septiembre de 2007.

Para bajar el archivo en formato "word" del texo del 12 de Octubre click aqui          

 
volver arriba