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El 24 de marzo de 1976 una Junta Militar encabezada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Agosti –jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea respectivamente– dio un golpe de Estado: removió al gobierno constitucional, suprimió el régimen de partidos políticos y ejecutó un plan de secuestro y asesinato clandestino de personas como metodología habitual del Estado para aniquilar opositores políticos.
La Junta Militar actuó en alianza con el poder económico, la Iglesia y sectores civiles y aplicó un modelo económico que empobreció a la mayoría de la población y concentró la riqueza del país en pocas manos.

(...) La sociedad fue la principal destinataria del mensaje. Era sobre ella que debía deslizarse el terror generalizado, para grabar la aceptación de un poder disciplinario y asesino (...). Sólo así los militares podían imponer un proyecto político y económico pero, sobre todo, un poder que pretendía desaparecer de una vez y para siempre lo disfuncional, lo desestabilizador, lo diverso”.

Pilar Calveiro, “Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina”

La cifra de 30.000 víctimas de desaparición forzada corresponde al número proporcional de Hábeas corpus presentados durante la dictadura, a estimaciones sobre la cantidad de prisioneros en la ESMA, Campo de Mayo y La Perla y a documentación de las Fuerzas Armadas como el reporte del Servicio de Inteligencia del Batallón 601 . LEER MÁS
Se calcula que alrededor quinientos chicos fueron secuestrados con sus padres o nacieron en los centros clandestinos de detención donde fueron llevadas las jóvenes embarazadas. Los infantes secuestrados fueron apropiados por personal militar o abandonados en hospitales u orfanatos como seres sin nombre ni historia personal. LEER MÁS
Miles de argentinos fueron encarcelados y padecieron el trato inhumano de un régimen pensado para la destrucción física y mental del detenido político. Las cárceles formalmente legales reproducían las condiciones inhumanas de encierro y maltrato de los centros clandestinos de detención.LEER MÁS
La represión ilegal obligó a muchas personas a abandonar el país para evitar el secuestro. En 1977 la dictadura concedió a algunos presos políticos la opción entre abandonar el país o continuar encarcelados. Tanto los exiliados como los “desterrados” fueron estigmatizados por la dictadura como “anti-argentinos”.
La Ley de Entidades Financieras de 1977 (aún vigente) liberó la tasa de interés de la economía nacional, que pasó a ser fijada por el mercado. Los grandes grupos económicos pudieron pedir prestado dinero en el extranjero y luego fugarlo libremente. De sus deudas se hizo cargo el Estado. LEER MÁS
¿Quiénes son los responsables del Terrorismo de Estado en la Provincia del Chaco?

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